LA AMENAZA DE ZARAGOZA: LO QUE TODO EL MUNDO PIENSA Y NINGÚN ASESOR DEL ALCALDE SE ATREVÍA A RECONOCER

En una entrevista con motivo de un especial sobre la Expo Zaragoza 2008 publicada en un periódico nacional la pasada semana, el director de Comunicación de la muestra y ex responsable de la Oficina del Plan Estratégico Sevilla 2010, Antonio Silva, reconocía el empuje de la capital maña y pronosticaba que «se puede convertir, en tres o cuatro años, en la tercera con más peso de España». Lo dice un tipo con conocimiento de causa por su doble condición de sevillano y de residente temporal en Zaragoza. El debate ya no es si Sevilla alcanza a Valencia, que nos mira ya por el retrovisor desde hace unos años, sino si la capital aragonesa también nos adelanta. Las declaraciones de Silva rechinan con el discurso complaciente que vende el equipo de gobierno que encabeza Alfredo Sánchez Monteseirín, empeñado en negar la evidencia. Sólo desde la autocrítica y la asunción de los errores propios -la falta de un modelo claro de ciudad, por ejemplo- podremos aspirar a crecer. Creyéndonos los mejores y viendo conspiraciones judeo-masónicas de la derechona rancia por todos lados no vamos a ningún lado.